Injusticias siempre existirán a la hora de conformar una selección, sea del deporte que sea.
Recuerdo que, en 1986, en aquel temporadón de los Ángeles Negros, muchos de sus peloteros fueron seleccionados para el choque estelar que se realizó en Saltillo, pero existía un ausente, y su incomparecencia inicial llamaba más la atención porque se trataba del líder de bases robadas del campeonato con un paso avasallante para imponer un nuevo récord que al final estableció con 95 estafas.
Don Carter se había quedado fuera de la selección del Sur, con todo y su liderato de robos.
Sin embargo, fue tal la presión, que la liga argumentó una omisión en la convocatoria y al final, “El Relámpago de Kansas City”, apareció entre los titulares de la selección sureña y se convirtió en uno de los héroes en el triunfo de la escuadra comandada por Benjamín “Cananea” Reyes.

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Este año, en la campaña del famoso Centenario, que la liga está festejando con bombos y platillo, incluso, como debe ser, con la edición de un libro donde se narra la historia del circuito y de cada uno de los clubes, escritas por las plumas más prestigiadas del beisbol mexicano en cada una de las sedes, no podía ser la excepción.
Ausencias importantes quizá haya muchas, pero el nombre que más resaltó entre los que no estarán en ese clásico se encuentra el del dominicano Ángel Sánchez, lanzador estrella de los Pericos de Puebla.
Sánchez comanda en estos momentos la liga en triunfos (8-2) y además aparece en el tercer casillero de efectividad con 3.76 y un WHIP de 1.22, que es el más bajo entre los 10 mejores serpentineros de todo el circuito.
Sólo encima de él, en efectividad, se encuentran Tyler Danish (3.02), lanzador estelar de los Olmecas de Tabasco, y Yoanner Negrín (3.51), de los Leones de Yucatán, pero el WHIP del dominicano es mucho mejor que él de ellos.
La diferencia es que, tanto Danish como Negrín sí recibieron el llamado. El primero fue convocado por la selección de estrellas extranjeras, mientras Negrín, por ser naturalizado mexicano, será parte de la escuadra nacional.
Lamentablemente a Sánchez no le alcanzaron sus números para estar presente, o más bien carece de la simpatía de quienes emitieron el voto.
Si a los pitchers también se le seleccionó por medio de los votos de expertos y la afición, o fueron elegidos por los managers como sucede comúnmente, sea cual sea el caso, se cometió una vil injusticia.
Me extraña tampoco ver entre los convocados a David Reyes, el lanzador derecho del Águila de Veracruz. Es verdad que su marca de 3-2 (solo un triunfo menos que Danish y Negrín), quizá no le alcance, pero el señor es cuarto lugar en efectividad, y en calidad, mucho mejor que muchos de los que llamaron.
Al menos del lado de Pericos llamaron al zurdo Liarvis Breto, cuya marca de 5-1 y efectividad de 1.86, lo ubican entre los mejores relevistas del circuito.
Del lado de la representación nacional -que debe aclararse es la selección mexicana de la liga no del país como querían hacer aparentar anunciando a Benji Gil como manager-, tampoco hay representante alguno de Pericos, y en ese sentido, por lo menos Miguel Guzmán merecería estar presente.
Da gusto que Vinny Castilla, uno de nuestros grandes ídolos y representantes en la pelota de Grandes Ligas haya tomado el lugar de Gil como manager nacional, así, el oaxaqueño jamás haya dirigido en la pelota mexicana de verano.
Más que nada en este centenario es reconocer a los grandes, y entre ellos está Vinny.

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Lo que sí es reprobable es que quieran vender el juego como el duelo entre una selección de estrellas de la LMB contra la selección mexicana. No señores, lo real es que es un choque de estrellas entre jugadores extranjeros contra mexicanos, aunque en el selectivo azteca se encuentren algunos naturalizados nacidos en otros países.
Es un clásico que presenta innovaciones, es cierto, donde todas son aceptadas, menos las que atentan con la esencia y la pureza del juego de pelota.
Como, por ejemplo, pactar ese choque a 10 entradas para que cada episodio represente una década de la liga, eso sí es irrisorio.
Por favor señores, ya dejen de atentar contra el beisbol, ya con lo que hace el comisionado de Grandes Ligas es más que suficiente para seguir haciendo lo que quieren con un deporte que merece todo el respeto del mundo.
El beisbol se inventó a nueve entradas en un juego normal, con entradas extras en caso de llegar empatado a esas instancias, hasta que resulte un ganador.
Todo es resultado de poner la liga en manos de mercadólogos, y no en las de verdaderos expertos en la materia.
Quizá para las nuevas generaciones sea un atractivo, pero para los que nos gusta y respetamos la esencia del beisbol, representa una completa burla.
En pocas palabras…, pend… tras pend…

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