Auditoría Superior: cuentas claras

por Alejandra Soto

La transparencia y la rendición de cuentas no son solamente valores deseables, sino tareas sustantivas que le dan forma y fortaleza a la gobernanza y desarrollo de los pueblos.

Ahí la importancia de las decisiones que el Congreso del Estado está a punto de tomar los próximos días para elegir a la persona titular de la Auditoría Superior del Estado.

En este sentido, las consideraciones para designar auditora o auditor deben acercarnos a la posibilidad de crecer con honestidad en el marco de la innovación, el conocimiento, el diálogo y el crecimiento colectivo.

Porque la realidad social así lo demanda, debemos pasar de las designaciones dañinas del pasado reciente, a un porvenir que no oculte errores ni disfrace la realidad. El hecho de aceptar que nos equivocamos, no nos debilita; al contrario, erradica estas deficiencias, se convierte en una lección y punto de despegue.

Es claro que una figura endeble de auditor/auditora, sin el riguroso conocimiento técnico de los procesos, facilita que los sujetos obligados violenten la normativa en perjuicio de la comunidad.

Ser transparentes significa que tenemos la capacidad de mostrar quiénes somos, con nuestras fortalezas y debilidades. Reconocer las fallas no nos hacen menos capaces sino más humanos con la capacidad de corregir.

Como lo cité párrafos arriba, el pasado reciente nos brindó lecciones tremendas sobre los privilegios del amiguismo, la fácil complacencia y sus efectos adversos.

El Congreso del Estado tiene en sus manos una gran decisión: la alternativa de ser quien inicie esta enorme tarea de reconversión.

Está en sus manos contagiarse y contagiarnos del humanismo, ese humanismo mexicano que enarbolan la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Alejandro Armenta. Está en el ámbito de las posibilidades de legisladoras y legisladores, hacernos sentir orgullosos de decisiones coherentes y valientes.

Hoy pueden empezar la construcción de caminos que nos lleven a soluciones más sólidas y caminos más claros. La transparencia genera confianza, y la confianza es el terreno fértil sobre el cual florecen las relaciones, los proyectos y las comunidades.

La transparencia no es una moda ni un simple requisito administrativo; es la base sobre la cual se construye la confianza. Sin confianza, ningún proyecto, ninguna relación y ninguna comunidad puede prosperar.

En la Auditoría Superior del Estado, en el servicio público, en las aulas, en consultorios, en construcciones, necesitamos que estén las mejores mujeres y hombres para que nos llenen de orgullo para que sean sustento de ese México que todos queremos¡

Puebla se ha puesto a la vanguardia de variados temas en la República. Hoy toca el tema de la transparencia. Que sean pues legisladoras y legisladores quienes marquen un nuevo precedente para el progreso y bienestar.

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