Por: Michelle Rosete –
Las recientes deportaciones de migrantes en Estados Unidos, impulsadas por las políticas del gobierno de Donald Trump, están afectando gravemente a diversas industrias clave, como la agricultura, la manufactura y el cuidado de la salud. Empresarios han informado que muchos trabajadores inmigrantes, paralizados por el miedo a ser deportados, han dejado de presentarse a sus empleos, lo que ha provocado una caída en la producción en varios sectores esenciales.
Según la directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition, Rebeca Shi, los inmigrantes representan entre el 25% y el 50% de la fuerza laboral en industrias vitales, y su ausencia podría reducir el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos hasta en un 4,2%. Además, sectores como la agricultura, que dependen en gran medida de la mano de obra inmigrante, enfrentan serias dificultades, con productores advirtiendo sobre una escasez crítica de trabajadores.
El impacto también se extiende al sector salud, donde los inmigrantes representan el 80% de los trabajadores en el cuidado de ancianos. La falta de esta fuerza laboral podría aumentar los costos y agravar la crisis de atención médica en el país.
Empresarios y organizaciones están pidiendo una reforma migratoria urgente para abordar estas cuestiones y evitar mayores consecuencias económicas. Sin una solución, las dificultades laborales podrían intensificarse, afectando tanto a la economía como a la calidad de vida de los ciudadanos.
