El satanismo y el animé en México: aquellos años en los que la animación japonesa era del diablo

Conexión Friki

Jose Luis “Kyon FM”

Hablar del auge del animé en México en la década de los 90 e inicios de los 2000 es fascinante por todas las historias y hechos que rodean a la animación japonesa en el país, pero en esta ocasión y aprovechando que hemos comenzado octubre, me gustaría enfocarme en aquellas ocasiones en las que el animé fue acusado de promover el satanismo.

El animé enamoró al público occidental gracias a la variedad de historias que contaban, pues no solo se enfocan al público infantil, sino que también apuntaba a los jóvenes y adultos con historias serias, dramáticas, sangrientas o en todo caso con un humor un poquito subido de tono y en su momento fue la gran diferencia con la animación americana.

En su momento fue innovador, pues hasta ese entonces la animación para muchos era cosa solo de niños y ese fue uno de los principales motivos para que ciertas agrupaciones e incluso personajes de la televisión mirarán con malos ojos estás animaciones.

Una extraña traducción

Este panfleto al parecer fue repartido por todos los países de habla hispana a las afueras de los colegios para informar a los padres que el dibujo animado Dragon Ball había ganado fama mundial por un pacto satánico y que los personajes de la serie tenían nombres en alusión al satanismo.

Kakaroto significa posesión maligna, el término Sayayin se usa para referirse a los endemoniados, el Kame Hame Ha es una frase usada por brujos, son solo algunos de los ejemplos que este famoso panfleto dió como evidencia de que Dragon Ball era del diablo.

No he encontrado mucha información sobre este papel y no hay datos oficiales sobre qué grupos repartían este afiche, pero es un panfleto que quedará en los recuerdos de los otakus de hueso colorado.

La quema de los Pokémon

Era el año 2001, en el municipio de Pachuca, Hidalgo. Un líder religioso hizo un llamado a los padres de familia para que llevaran a su templo, figuras, peluches, tazos y tarjetas del popular animé Pokémon para realizar una quema masiva de todo los productos de esta serie.

El líder religioso argumentaba que los niños japoneses habían sufrido daños físicos a causa de esta serie de televisión. El hecho tenía como argumento un episodio prohibido, pero esa es otra historia. El sacerdote también indicó que muchos de los nombres de los monstruos de bolsillo hacían referencia al acto sexual.

«Existe otro pokemon que se llama Tentacruel, que en su anagrama sería Rectaltune, su significado en español sería «una melodía rectal», extracto de la entrevista realizada por la Jornada en 2001.

Al final de cuentas, la quema de pokemones nunca sucedió, sino más bien el sacerdote se disculpó por sus declaraciones.

El anime y sus mensajes ocultos

El hecho más conocido sobre el anime y satanismo en México tiene como protagonista a la periodista Lolita De La Vega, quien en 2001 presentó en su programa “Hablemos claro” un reportaje sobre el satanismo, en el cual dedicaron una sección al animé.

Es difícil resumir este reportaje en unos cuantos párrafos, pero hubo un poco de todo, desde mensajes subliminales, series como promotoras de prácticas satánicas, Evangelion como una historia anticristiana e incluso hubo un breve espacio dedicado al hentai.

Lo que hace tan infame a este reportaje sobre el satanismo y el animé es que muchos señalan que fue el causante de que la animación japonesa fuese retirada de la televisión mexicana, pero la historia detrás de este episodio de “Hablemos claro” y su impacto en el animé en el país es tan fascinante que merece su propia nota.

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