por: Forma y Poder –
Un nuevo golpe que debilita aún más al otrora poderoso gigante automovilístico
Aumento salarial, seguridad laboral y evitar el cierre de plantas son las exigencias por las que miles de trabajadores de nueve de las 10 plantas armadoras de Volkswagen en Alemania iniciaron huelgas que implican, inicialmente, parar labores durante dos horas en cada turno de trabajo.
Esto representa un nuevo y muy duro golpe para el gigante alemán automotriz, que ha sido golpeado desde el escándalo de 2015, cuando se difundió que al menos 600 mil vehículos vendidos en Estados Unidos tenían alterado el sistema para medir emisiones contaminantes en motores diesel.
Lo anterior, aunado al exponencial crecimiento de las plantas chinas que comercializan diversidad de marcas (BYD, Changan, Chery, Geely, Chirey, Omoda y JAC , entre otras), pone en una situación crítica al principal empleador en Alemania, del que dependen cerca de 800 mil personas, 300 mil de las cuales laboran directamente para la empresa.
Por ahora, la empresa se negó a la propuesta de los trabajadores de reducir los costos en mil 500 millones de euros, sin cerrar plantas. La empresa, de hecho, anunció en octubre pasado el cierre de tres plantas (sin especificar cuáles) y miles de despidos.
Ante la falta de acuerdos, Thorsten Gröger, líder de las negociaciones del sindicato IG Metall con la empresa, dijo que están preparados para «la disputa salarial más dura que Volkswagen haya visto jamás».
Vale la pena mencionar que la economía más fuerte de Europa, fuertemente dependiente de las armadoras de autos y las exportaciones, enfrenta problemas. Volkswagen dio a conocer que sus ganancias cayeron 64 por ciento en octubre, mientras otras marcas alemanas como BMW y Mercedes Benz también enfrentan situaciones complicadas.
Hasta ahora no ha trascendido cuál será el efecto de estas movilizaciones en la planta armadora de Puebla, misma que se mantiene laborando con normalidad.