La guerra de los 12 días

Nicolás Dávila Peralta /Información internacional.

El 13 de junio pasado, el mundo despertó con la noticia de un bombardeo de Israel a objetivos militares de la República Islámica de Irán, la antigua Persia; el objetivo, según lo afirmó el gobierno de Benjamín Netanyahu, fue eliminar los centros donde se desarrollan proyectos que llevarían a muy corto plazo a la fabricación de armas atómicas.

Así inició un conflicto que ha tenido a todas las naciones en suspenso, ha generado reacciones políticas y económicas en los cinco continentes y han saltado a la escena las principales potencias del mundo: Estados Unidos, Rusia, China y la Unión Europea.

Los ataques entre ambos países continuaron hasta el 24 de junio, cuando ambos países aceptaron el cese al fuego anunciado por el presidente estadounidense Donald Trump.

Cómo inició el conflicto

La confrontación entre Israel e Irán no es nueva, su antecedente remoto fue el derrocamiento del Sha (rey) de Persia Mohammad Reza Pahlavi por la revolución, en 1979. Tras su salida del país, Irán se convirtió en una república islámica, dirigida por el ayatolá Ruhollah Jomeini. Un ayatolá es una autoridad religiosa musulmana chiita considerada superior por su sabiduría. Hoy la máxima autoridad iraní es otro ayatolá: Alí Jemenei.

Irán es considerado un problema para Israel y para las potencias de occidente porque ha desarrollado un programa nuclear que, según las autoridades de ese país en con motivos científicos, pero que sus adversarios consideran peligrosas para la paz.

Como república islámica, Irán ve a Israel como un enemigo. Ha apoyado al pueblo Palestino y a sus dos organizaciones consideradas terroristas por Israel y occidente Hamas y Hezbolá.

Desde 2010, el enfrentamiento entre Israel e Irán se agudizó. Ese año, un virus, presuntamente elaborado por Estados Unidos e Israel, paralizó centrifugadoras iraníes  y ocho años después el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu acusó a Irán de realizar un programa nuclear.

Durante 15 años, los ataques de Israel fueron intermitentes, pero orientados a detener el desarrollo nuclear de Irán, utilizando incluso su agencia de espionaje: el Mossad. Fue precisamente el 30 de abril de este 2025, cuando Irán ejecutó a un hombre que, según su versión, era un agente del Mossad.

La “guerra de los 12 días”

El 13 de junio, Israel inició una serie de ataques a Irán, bajo el pretexto de frenar el desarrollo de armas nucleares por parte de la república islámica. El operativo causó la muerte de varios dirigentes militares; Netanyahu afirmó que la operación fue preventiva, ante la inminente creación de armas atómicas por el gobierno iraní.

Al día siguiente, Irán respondío con bombardeos a ciudades israelíes, entre ellas la capital Tel Aviv y Jerusalén, al tiempo que afirmaba que su programa nuclear no tiene objetivos militares.

Aunque el Secretario de Estado de los Estados Unidos afirmó que su país no había intervenido en el bombardeo a Irán, el presidente Donald Trump afirmó el día 15: “Sabemos exactamente dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo’. Es un objetivo fácil, pero está a salvo allí, no vamos a eliminarlo, al menos por ahora”.

Los ataques entre ambos países continuaron después del día 13 y el 19. A pregunta de reporteros sobre si Estados Unidos se involucraría abiertamente en el conflicto, Donald Trump contestó: “puede que lo haga. Puede que no”. “Nadie sabe qué voy a hacer”; y dio un plazo de dos semanas para decidir.

Sin embargo, no fueron dos semanas sino dos días; el 21 de junio, la fuerza aérea estadounidense atacó varios objetivos iraníes en donde, presuntamente, se encuentran instalaciones nucleares. La respuesta de Irán fue inmediata, sus fuerzas bombardearon la base estadounidense instalada en Al Udeid, en Qatar.

El organismo ideológico iraní, denominado “Guardianes de la Revolución”, afirmó después del ataque estadounidense: “en caso de que se repita una agresión (…) recibirá respuestas más contundentes que él (Donald Trump) lamentará».

La noche del 21 de junio, el presidente Donald Trump anunció que se iniciaba una tregua entre los dos países contendientes, Irán e Israel, y declaró el fin de la “guerra de los 12 días”, como la calificó.

Una paz endeble

A pesar de esta tregua, la confrontación deja varios mensajes para el mundo.

En primer lugar, aun cuando Irán reconoció que algunas de sus instalaciones nucleares sufrieron daños, ha señalado que continuará sus proyectos, no considera dialogar con Estados Unidos sobre el programa nuclear y está a punto de romper con el organismo de control nuclear de la ONU.

Además, el gobierno estadounidense ha refrendado su apoyo al gobierno del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, lo que significa una puerta abierta para la intervención directa de Estados Unidos en otro posible conflicto en el Medio Oriente.

Por el momento, la guerra se ha detenido, pero con una paz endeble; se mantiene la confrontación Israel-Irán, que lleva más de 20 años y ésta puede resurgir llevar al Medio Oriente a otra guerra que afectaría al mundo política y económicamente y México no sería la excepción.

Por otra parte, el protagonismo de Estados Unidos en el conflicto y su política antimigratoria, enfocada principalmente en la población latina, podría llevar al reclutamiento de migrantes con la promesa de otorgarles su estancia legal, si regresan vivos del Medio Oriente.

La paz es endeble, además, por la forma en que el presidente Donald Trump toma sus decisiones. Esto fue evidente en la “guerra de los 12 días”. Un día pidió a Irán una rendición incondicional y al otro afirmó que le perdonaba la vida al ayatolá Jemenei; un día aseguró que tomaría la decisión de entrar al conflicto en dos semanas, y dos días después bombardeó Irán. Como él mismo lo dijo: “nadie sabe lo que voy a hacer”. 

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