- La reestructuración del torneo ha logrado mayor equilibrio, emoción y encuentros impredecibles
por Rodrigo Sánchez –
La fase Liga de la UEFA Champions League se acerca a su conclusión con una jornada final que promete ser histórica. Con 18 partidos programados de manera simultánea este miércoles 29 de enero a las 2:00 pm hora Centro de México, la emoción está garantizada.
De los 36 equipos participantes, 27 aún tienen algo en juego: desde asegurar un lugar entre los ocho mejores hasta evitar la eliminación en los play-offs. Solo dos encuentros no afectarán la clasificación.
Además, cada equipo buscará mejorar su posición para evitar a rivales más fuertes en la siguiente fase.
Los clubes que terminen en los ocho primeros lugares evitarán los play-offs eliminatorios y contarán con la ventaja de local en los octavos de final.
Un formato revolucionario
El nuevo sistema, diseñado tras seis años de planificación y múltiples simulaciones, ha cumplido su promesa de ofrecer una competencia más justa, equilibrada y emocionante.
La fase Liga ha traído más enfrentamientos entre equipos de primer nivel y ha incrementado la incertidumbre en la clasificación, lo que se traduce en una mayor expectación hasta el último minuto.
Uno de los ejemplos más claros es el Borussia Dortmund, que ha vivido una montaña rusa de posiciones.
Tras empezar quinto, llegó a liderar la tabla en la segunda jornada, cayó al puesto 11 y luego volvió al cuarto. Ahora, previo a su último partido contra el Shakhtar Donetsk, ocupa el 14º puesto pero aún tiene opciones de terminar entre los ocho primeros.
Esta dinámica también se refleja en la tabla general: de los nueve cabezas de serie del sorteo de Mónaco, solo Liverpool, Barcelona e Inter ocupan posiciones privilegiadas.
Equipos que partieron en el Bombo 4, como Aston Villa, Mónaco y Brest, han asegurado su presencia en la fase eliminatoria y todavía tienen opciones de quedar en el Top 8.
Más emoción, más audiencia
La naturaleza cambiante de la clasificación ha mantenido a los aficionados pegados a la pantalla. Sorpresas como el Brest, que en su primera participación ya aseguró su lugar en los play-offs, confirman que el nuevo formato permite más oportunidades a equipos inesperados.
Casos como el del Manchester City, que necesita vencer al Club Brugge para seguir en competencia, o el del Real Madrid, que pelea por quedar entre los ocho primeros, son prueba de que la nueva Champions es más impredecible que nunca.
Con la eliminación de la antigua fase de grupos y la incorporación de un sistema en el que cada club enfrenta a ocho rivales distintos, se han multiplicado las combinaciones y los duelos inéditos. Esto ha dado lugar a más partidos vibrantes, con remontadas y resultados inesperados.
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