Los gobiernos de Rusia y China manifestaron una preocupación compartida ante el recrudecimiento de las tensiones entre Israel e Irán, posicionándose a favor de una resolución diplomática que evite una mayor escalada en la región.
Ambas potencias han abogado por la contención y el diálogo como vías fundamentales para desescalar el conflicto, subrayando el peligro que representa para la estabilidad global la intensificación de las hostilidades.
Desde Moscú, el presidente ruso Vladimir Putin ofreció su mediación, por su parte, Pekín insta a la comunidad internacional a tomar medidas concertadas y efectivas para promover la paz y la estabilidad en la región.