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Ismael Burgueño Ruiz, alcalde del XXV Ayuntamiento de Tijuana, declaró emergencia municipal en la ciudad debido al inminente riesgo de una deportación masiva de migrantes a través de la frontera Tijuana-California.
La medida busca preparar a la ciudad ante la posible llegada de miles de migrantes deportados desde Estados Unidos.
El cabildo en pleno aprobó la declaratoria durante una sesión extraordinaria, centrándose en mejorar las condiciones de albergues y refugios.
Esta acción ocurre a menos de una semana de que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos, lo que aumenta la preocupación por el cumplimiento de sus planes de deportaciones masivas.
En diciembre pasado, el gobierno de México anunció la apertura de 25 albergues oficiales para recibir a migrantes deportados en ciudades de los seis estados fronterizos: Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, Coahuila, Sonora y Baja California.
De estos, seis albergues serán asignados a Tijuana, y las autoridades locales ya están explorando sitios potenciales, como naves industriales en zonas de maquiladoras, para habilitarlos. Además, se prevén otros dos albergues en Mexicali.
Sin embargo, la realidad es que Tijuana carece de la infraestructura y logística necesarias para manejar una posible afluencia masiva. Los albergues operados por organizaciones civiles ya están saturados y enfrentan serias limitaciones de recursos para atender a una población adicional de deportados.
El gobierno municipal hace un llamado urgente a la sociedad civil y a las autoridades estatales y federales para coordinar esfuerzos y garantizar que la ciudad esté preparada para enfrentar este desafío humanitario
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