El lío de la sobrerrepresentación

Punto de Vista –
Por: Nicolás Dávila Peralta
A partir del anuncio de una reforma electoral, las organizaciones de derecha crearon la Marea Rosa, como un movimiento en defensa del Instituto Nacional Electoral, entonces presidido por Lorenzo Córdova; dos marchas organizadas por la coalición política de la derecha empresarial crearon la consigna: “El INE no se toca”. Durante el proceso electoral se volvió a convocar a los ciudadanos para otra marcha de la Marea Rosa, ahora para promocional a la candidata de la coalición PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez Ruiz.
Ahora, tras el triunfo contundente de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, la oposición descalifica la voluntad de los ciudadanos al votar mayoritariamente por un Poder Legislativo a favor de la llamada Cuarta Transformación (4T), y pone el grito en el cielo argumentado sobrerrepresentación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Es conveniente buscar respuesta a la pregunta: ¿Hay sobrerrepresentación de Morena en el Congreso de la Unión?
Para responder a esta pregunta conviene acudir a la autoridad y a la historia reciente del país.
Veamos.
De acuerdo con la Constitución Política de nuestro país, la Cámara de Diputados está integradas por 300 diputados de mayoría, es decir, los que fueron electos después de hacer campaña en alguno de los distritos en que está dividido el país, y otros 200 de representación proporcional, mismos que son designados por cada partido político en las cinco circunscripciones en que está dividido el país para efectos electorales. En las boletas aparecieron los candidatos de mayoría de cada partido, pero en el reverso se encontraban las listas de los candidatos de representación proporcional propuesta por los partidos.
Hay que destacar que las listas fueron presentadas POR PARTIDO Y NO POR COALICIÓN. Esto es importante, porque responde a los establecido en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en la Ley General de Instituciones y procedimientos electorales.
El Artículo 52 de la Constitución establece la integración de la Cámara de Diputados: 300 diputadas y diputados electos según el principio de votación mayoritaria relativa, y 200 electos según el principio de representación proporcional.
De la forma de asignar A CADA PARTIDO los diputados de representación proporcional, el Artículo 54, en sus cinco incisos establece que esta asignación se realizará POR PARTIDO POLÍTICO, nunca habla de coaliciones.
Por esto, resulta que legalmente la sobrerrepresentación no existe, dado que la ley establece que ningún partido podrá tener una mayoría absoluta. Así, en la coalición “Sigamos Haciendo Historia” los plurinominales serán asignados por partido. Morena tendrá los que les corresponda según su porcentaje de votación, el Partido del Trabajo tendrá los suyos, lo mismo que el Partido Verde.
Igual será para los otros partidos: el PAN tendrá los que le correspondan, el PRI los suyos y Movimiento Ciudadanos los asignados por su porcentaje de votación.
No hay, por tanto, la sobrerrepresentación de un solo partido. El falso afirmar que Morena está sobrerrepresentada.
Ahora bien, el mecanismo de asignación de legisladores de representación proporcional no fue establecido en este sexenio. Habrá que recordar que la Marea Rosa, al grito de “el INE no se toca” frenó la reforma electoral, por lo que estas elecciones se realizaron bajo el ordenamiento legan aprobado por el PRI, el PAN y el PRD cuando eran mayoría en el Congreso de la Unión, lo que les permitió, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, aprobar las reformas estructurales en materia energética.
Entonces, a la pregunta inicial, respondemos con otra: ¿por qué lo que fue políticamente correcto en los sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña, ahora es incorrecto?
La respuesta es clara: porque entonces, bajo el régimen neoliberal, estas disposiciones legales les favorecían tanto a los partidos políticos gobernantes (PAN-PRI-PRD) como a los poderes fáticos, principalmente el poder del capital. Hoy, por el contrario, favorecen el nuevo ejercicio del poder bajo los principios de la llamada 4T.
¿Hacia un nuevo partido político?
Ya se prepara una nueva marcha de la Marea Rosa, ahora para protestar por esto que quieren calificar como sobrerrepresentación. Ya vimos que legalmente no hay tal; pero para los organizadores eso no importa, porque el argumento es secundario; no son tontos, conocen la ley. Esta nueva marcha forma parte de la intención de desplazar del panorama político nacional a los partidos perdedores. Ya se libraron del PRD, del PRI su presidente Alejandro Moreno se está encargando de sepultarlo y el PAN podría ser útil para un nuevo partido cuya orientación será de derecha radical.
¿Por qué lo afirmo? Porque no es casual que Encuentro Solidario y México Republicano, dos organizaciones de extrema derecha, se preparen para buscar su registro como partidos políticos en 2025; como tampoco es casual que la Unión Conservadora Estadounidense, que en México dirige el fallido candidato Eduardo Verástegui, anuncie la realización de la Conferencia de Acción Política Conservadora nuevamente en la Ciudad de México.
La extrema derecha busca nuevos caminos para hacer frente a la Cuarta Transformación. En un país como el nuestro, cuyo estado es históricamente laico y liberal, es difícil el triunfo de esta corriente política.