Forjadores del futuro y artistas del destino

Soy innovador,
Ser una persona que se dedica activamente a la creación y aplicación de ideas. Schumpeter idealizaba como aquel individuo generador de valor y transformador del mercado, de la sociedad y de su entorno.
Si la mente de una persona es querer crear algo nuevo, ser innovador influye significativamente en esta intención. Qué tal si la actitud personal hacia el emprender y la creatividad se moldea primero por la propia autopercepción de sus capacidades creativas.
Soy creativo… el producir ideas nuevas y útiles no es un tema fácil. Todos, -estudiantes, profesionistas, compañeros, colonos, miembros de una comunidad, debemos ser primero apasionados por crear algo y aun mejor nuevo y disruptivo, que ofrezca soluciones a problemas, no conflictos, obstáculos o barreras.
Qué tal si nuestra orientación individual es en asumir riesgos, proactividad, innovatividad, pasión y perseverancia. Los innovadores transforman las ideas en realidad basándose en la creatividad, el emprendimiento (encontrar valor en hacer y ser diferente) y el compromiso (desarrollar su idea con pasión).
Ser un artista de la creatividad. Es ser parte de una danza vibrante entre la imaginación y la realización, es una chispa que enciende un fuego de posibilidades. No es una persona que sólo sueña, – sueño schumpeteriano del hombre como el alfarero de su destino, moldeando con sus manos las oportunidades en un mundo moderno repleto de cambios. Como una tormenta de ideas que transforma campos en bosques, ser el torrente de energía capaz de arrasar lo viejo y dar vida a lo nuevo… La chispa que arde con fervor en el fuego de la originalidad, impulsado por la pasión de abrazar el fracaso, y aprender de él. De tener hambre de convertirse en la luz que ilumina la oscuridad con lo extraordinario. Sí, todos somos innovadores abracemos ser diferente, descubramos la auténtica libertad de crear y emprender sin miedo de mejorar y proponer.
“La confianza de una persona en su capacidad para identificarse con éxito da nuevas oportunidades, crea nuevos productos, piensa de forma disímil y aporta idea. Se inclina con involucrarse y ser parte de la solución”.
En nuestra sociedad, la violencia es un espectro aterrador y la seguridad se hunde en el miedo. El crimen organizado se presenta como una sombra, dejando terror en las calles. Cada amanecer trae noticias escalofriantes: desapariciones, chantajes que estrangulan la esperanza y la creciente violencia de género. Es un grito silenciado que se convierte en un eco devastador de nuestra humanidad.
México, un gigante entre las naciones, está bajo la sombra de la pobreza. A pesar de brillar en el escenario económico global, muchos ciudadanos aún enfrentan la lucha diaria por alimentarse.
Sí, todos somos innovadores, iluminando a las personas, grupos y organizaciones, descubriendo tesoros en las sutilezas y matices. Con la chispa de cambiar lo común. De tejer conexiones que transforman ideas en revoluciones.
Aprecia sus sueños internos y emerge de la cotidianidad con propuesta, donde el temor es el carcelero de su valía. México necesita innovadores que dinamicen empresas, escuelas, comunidades, familias y a sí mismos.
Qué tal si, los corazones se unen, para crear una ola de cambio que arrastra cualquier pesadez. En el latido que mueve el mundo, donde un acto o palabra puede provocar cambios. –Elijamos con sabiduría y amor, y respondamos al llamado a encender la innovación y hacer brillar el conocimiento, para transformar nuestro legado económico social y cultural en una odisea de éxito. Seamos la destrucción creativa de Schumpeter que barre con las viejas estructuras, trayendo consigo nuevas oportunidades, valores e ideales. Seamos parte de este baile dinámico entre el caos y la creación, donde cada giro da vida y cada pieza de baile determina nuestro destino.