¿Funcionarios capaces o arribistas?
por Nicolás Dávila Peralta
A partir de 2018, México vive un proceso de transformación política y social iniciado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y continuado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, caracterizado por apartarse de la política económica neoliberal y sustituirla por una economía con justicia social, privilegiando al pueblo, el combate a la corrupción y la impunidad. Esto significó la búsqueda de una nueva clase política comprometida con los ideales de la llamada Cuarta Transformación.
Sin embargo, ante la fortaleza mostrada por este proyecto de nación, viejos y nuevos políticos, ligados al régimen anterior a 2018, buscan sumarse al partido gobernante, Morena, no para fortalecer el movimiento, sino para fortalecerse ellos mismos; buscan cobijarse nuevamente a la sombra del poder, para seguir beneficiándose del presupuesto.
En 2024, en vísperas del proceso electoral, varios priistas sorpresivamente se sumaron a Morena y este año, políticos que apenas hace unos meses expresaban su rechazo al expresidente e incluso a la presidenta Sheinbaum, hoy se han afiliado al partido gobernante.
Es claro que la 4T es un movimiento abierto; sin embargo, dejar que se sumen a este movimiento políticos que huyen del barco prianista que amenaza con hundirse, es abrir las puertas de la 4T a quienes no llegan a sumar, sino a restar. Vienen con sus vicios de corrupción, impunidad, nepotismo, clientelismo e incluso de vínculos con la delincuencia; en fin, los mueve únicamente su sed de poder.
En Puebla vemos a antiguos priistas y panistas “conversos” de la 4T, que buscan ser candidatos en 2027 u ocupar algún cargo público en las administraciones estatal o municipales.
Un caso que ha generado desconfianza es la designación de Juan Enrique Rivera Reyes como titular de la Comisión de Búsqueda de Personas. Rivera Reyes es un exdiputado priista, del grupo de reciente incorporación a la 4T. Tanto familiares de víctimas de desaparición, como catedráticos y especialistas del tema han coincidido en que no tiene las cualidades necesarias para un puesto que no debe ser político, sino técnico.
Este es sólo un ejemplo; pero motiva desconfianza frente a otros puestos clave que aún están pendientes. El principal de ellos, la titularidad de la Auditoría Superior del Estado (ASE), un organismo autónomo cuya directora renunció al cargo en 2023 y fue designado Francisco Fidel Teomitzi Sánchez como encargado de despacho, cargo que ocupa hasta hoy.
La ASE tiene como tarea “verificar el correcto uso, aplicación y destino de los recursos público por los Sujetos de Revisión, de manera imparcial, independiente y profesional; bajo los principios de eficacia, eficiencia, economía, transparencia y honradez; fortaleciendo la rendición de cuentas y la credibilidad de la sociedad”, tal como lo expresa la Guía para la Ciudadanía publicada por esa dependencia.
Así pues, la ASE es un organismo que vigila el uso correcto de los recursos públicos tanto del gobierno estatal como de los 217 municipios y de todas aquellas instituciones que reciben dinero del erario público para el desarrollo de sus funciones, por lo cual es necesario que el titular de este organismo autónomo cuente con las cualidades y capacidades necesarias para el buen desempeño de esta tarea.
Hay varios aspirantes al cargo. Sin detrimento de las cualidades que tengan, uno de los profesionales que, sin duda, constituye una carta que debe ser considerada es el doctor en Administración Pública Román Sánchez Zamora, miembro del Sistema Nacional de Investigadores Conahcyt Nivel 1 y Profesor-Investigador del Centro de Estudios de Gobierno del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
El doctor Sánchez Zamora es un especialista en transparencia, participación ciudadana y rendición de cuentas. Entre los artículos publicados se encuentran: “Mejores prácticas de transparencia: de los ideales a las realidades, ciencia de gobierno, sociedad y rendición de cuentas” y “Participación ciudadana para la elección de los titulares de organismos autónomos con perfil social”.
En el contexto actual, se requiere contar con perfiles profesionales y comprometidos con el nuevo rumbo que ha tomado el país, a fin de que las aspiraciones de la mayoría de los mexicanos no se vean frustradas con individuos que buscan sumarse a la administración pública con los mismos vicios del pasado. El pueblo que votó por la continuación de la 4T no puede ser defraudado.
