Los amorosos viven la bohemia…

Las charlas amigables, son lejanas a la competencia del quién sabe más, solo son
tertulias.
Calles obscuras
Román Sánchez Zamora
Es tan importante el detalle en las letras, y libros, en eso Paco y yo estuvimos de acuerdo,
observar en Descartes los principios de la robótica y no es Asimov.
Creo que cuando los dos coincidimos en ello, fue el vértice de nuestra amistad y de las
charlas diversas, lo mismo sobre ética, que los cambios mundiales, pero también de letras
propias de lo cual en momentos nos sentíamos parte de las letras de Alighieri y sus pasos
con Virgilio.
Las charlas amigables nunca se observan como competencia y así era en nuestras
reuniones.
Eran las memorias, y los sentimientos encontrados y tratar de meterse en el autor, como nos
sucedió al hablar y vibrar alto con Vivaldi.
Tratar de explicar el tejido social, los problemas del país y las estrellas musicales que
presentaban los canales oficiales de televisión y la radio totalmente controlada, por
gobiernos absolutistas.
Metidos incluso en el arte, poder disfrutar las nuevas tendencias por diarios extranjeros
porque eran notas lejanas y ajenas a una población metida en devaluaciones, pobreza y
desempleo, con una burocracia prospera e indiferente, explicado por Douglas North y
estructurado por las teorías de Nash.
Una vez charlamos de la evolución el sentido psicológico y de la comunicación que
permitía la emoción de los ídolos de la lucha libre, actos dignos de un pueblo que dejaba de
leer, de imaginar y crear, desbordados en furia, emoción, gritos y alegría al ver el desenlace del encuentro, que muchos decían que era actuado, pero que requería de un entrenamiento
fuerte y calculado.
Todos evocado a Golding en El señor de las moscas; 1984, Orwell; José Ortega y Gasset en
La rebelión de las masas, sin olvidar al maestro Rulfo en un México que vive de glorias
ajenas con Paz versus Ramon Fernández y Carlos Fuentes.