Los amorosos en las élites

No hay nada como la seducción por el poder, el saberse intocable, a pesar de las distancias.
Calles Obscuras
Román Sánchez Zamora
A lado de mi habitación llegó Paco, un agradable sujeto, que gustaba del wiski tanto como
yo, de las letras, la buena música y de los amores; fueron tardes de risas y de muchas
anécdotas en el tiempo.
Un día hablamos del Lobo estepario, los dos nos identificábamos con él, sin duda de
Hermann Hesse, dejó letras para identificarnos, hasta Demian salto a la charla, eran días
letras y vivencias.
-Y en un tiempo salí con la esposa del ministerio de justicia-
-No te puedo creer, era una dama muy elegante, muy bien hablada, de importantes aportes
sociales, pero muy guapa, supe que el primer ministro siempre se desvivía en atenderla y se
decía que el esposo estaba en esa posición por ella-.
-Así es, mi estimado amigo de charlas amables y lejanas, comenzó otro tipo de charlas,
siempre guardando el respeto a ella y más porque siempre sospeché y aun lo sigo
sospechando que su marido le vigilaba sus redes sociales-.
Entre esas incontables charlas salió tímidamente la advertencia que si continuaba, su esposo
podría molestarse y era poco tolerante, así pasaron dos años y le dejé de ver, como unos
ocho años. Al verle en una reunión de ministros del interior, mi realidad había cambiado
era reconocido por una serie de proyectos que me llevaron y aún lo hacen a extranjeros.
Es increíble que para que tengas eco aquí, tu voz debe ser tan fuerte que debe cruzar el mar
y regresar el eco en forma de reconocimiento.
Allí ella, me dio su número, me citó en una casa de campo donde nos vimos muchas veces,
siempre la charla amigable y gocé de su amistad, hasta que un día pude disfrutar del
momento mas intimo y saber de su pasión por mí.
-El peligro fue inolvidable, temerario… exquisito-