Los amorosos son mejores personas

Existen tiempos, amigos, sueños, en donde las amistades nos escuchan, y surgen fraternidades.
Calles Obscuras
Román Sánchez Zamora
Paco me invito una cerveza; éramos unos incontrolables, nos mandaban callar 4 o cinco veces en cada tertulia, dijeron que nos controláramos, que pensaban en mantener nuestra permanencia en ese lugar y hasta eso nos causó risa.
Hablamos de la timidez, pasión y lujuria del aprendiz Adso, entre las páginas de viejo Humberto Eco, de las juventudes nuestras recordamos esas picardías y cercanas pasiones, como la pereza, gula y la lujuria.
Tres pecados que combinados en proporción nunca son buenos consejeros, pero en equilibrio eran parte de los anecdotarios de unos viejos como nosotros.
Celebramos su cumpleaños, en un día incomodo, porque todo estaba cerrado, tuvimos que llevar cerveza y entre llamadas de la oficina, dos informes a enviar, fue la charla inolvidable, de esos lugares y espacios de donde deseas quedarte y nunca irte.
Era tan bonita, que nunca pensé llamar su atención, pero así fue y cada instante fue inolvidable, nunca debí dejar que se fuera, pero por mas que lo rogué, dijo que ya lo había pensado y que esto no era lo que deseaba.
Me dijo que el día que termináramos, tomaría como nunca, se que no lo hizo, solo se fue y ni para eso fui inspiración y yo, si la pasé mal por algunos meses… e hice lo que todo caballero podría hacer, llenarme de trabajo, viajes de negocios y la frustración se fue.
Nunca se fue con el olvido, ni con esa tarde, ni con esa cara de molestia que me obsequió al final.
Considero que ella me dio el mayor de todos los regalos, una confianza inmensa en mí mismo, porque a pesar que era muy joven, pude saber de los alcances de mis planes y proyectos, por eso para deshacerme de su recuerdo apliqué la confianza que ella misma me obsequió.