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Punto de Vista

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  • Publishedenero 21, 2024

De corruptos y oportunistas

Por: Nicolás Dávila Peralta

El lunes 8 de enero, el Congreso de la Ciudad de México rechazó la ratificación de Ernestina Godoy como Fiscal General de la capital del país, por lo que el miércoles 10 dejó el cargo y asumió como encargado de despacho Oliver Ariel Pilares Viloria, en tanto se elige al nuevo titular.

En la sesión, por la ratificación de la fiscal Godoy votaron 41 diputados, en tanto que en contra lo hicieron 25. No fue la mayoría la que rechazó a la abogada Godoy, fue una minoría; sin embargo, de acuerdo con la ley, para su aprobación se requerían 44 votos, es decir, el voto de las dos terceras partes del Congreso.

Sólo fueron tres votos los que faltaron, pero fueron suficientes para que la alianza opositora se levantara con un triunfo en el Congreso de la Ciudad de México. Esta situación debe ser tomada en serio por la dirigencia el Movimiento de Regeneración Nacional a la hora de seleccionar a sus candidatos a las dos cámaras del Congreso de la Unión. Esto por dos razones.

Lo sucedido en la Ciudad de México, muestra la importancia de contar con una mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República, pues sólo así, el proyecto de la Cuarta Transformación (4T) podrá consolidarse sin dificultad, toda vez que hay asuntos que no pueden ser aprobados si no se cuenta con el voto de las dos terceras partes de la representación legislativa. Es el caso de las reformas constitucionales necesarias para proyectos como la reforma al Poder Judicial. De ahí el llamado a un voto “parejo” en las próximas elecciones.

Sin embargo, para lograr esta mayoría es importante contar con los perfiles adecuados que convenzan al electorado. Y aquí se percibe un problema en los procesos de selección en la coalición oficialista: ante la debacle del PRI bajo la dirigencia de Alejandro Moreno, muchos priistas se están despojando de la playera roja para buscar enfundarse la de Morena, con miras a seguir viviendo del presupuesto.

El asunto está muy claro, los que hace apenas unos meses reprobaban el programa de la Cuarta Transformación, los que seguían defendiendo al PRI, hoy llegan como los penitentes al santuario arrepentidos de sus pecados a jurar y perjurar que ellos son morenistas.

Los electores empezamos a escuchar en el discurso de campaña la invitación a TODOS los que se quieran sumar a la 4T y muchas ratas abandonan el barco tricolor que hace agua y buscan refugio en Morena, aspirando a obtener alguna candidatura. Son políticos conocidos por sus actos de corrupción, por la impunidad con la que han actuado en el pasado reciente, son personas que no garantizan el voto ciudadano a favor de la transformación que se ha iniciado en este sexenio. Postularlos es apostar a perder y Morena y sus aliados (PVEM, PT) necesitan la mayoría en el Congreso de la Unión.

Un caso de priista “arrepentido” es el de Jorge Charbel Estefan Chidiac, un político priista que fue secretario de Finanzas en el gobierno del estado, dirigente estatal del PRI, legislador por la Mixteca bajo los colores del PRI. De repente le entraron los remordimientos y arrepentido de sus pecados políticos busca postularse como candidato a diputado por un aliado de la 4T, el Partido Verde. Lo dicho, ante el derrumbe priista, todos gritan: “¡sálvese quien pueda!” y saltan al barco de la 4T. Quien cambia de camiseta una vez, puede volver a hacerlo sin escrúpulos.

Está muy claro que el voto mayoritario será para la doctora Claudia Sheinbaum Pardo como primera mujer titular del Poder Ejecutivo federal; pero no hay que olvidar que el Estado mexicano está integrado por tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Hoy estamos viviendo la confrontación entre dos de ellos: el Ejecutivo y el Judicial, este último se ha excedido es sus atribuciones.

Si no hay mayoría en el Poder Legislativo, pero una mayoría de verdaderos ciudadanos comprometidos con la 4T desde siempre, no arribistas que saltan del barco que se hunde hacia el partido hoy en el poder, la construcción del “segundo piso” de la 4T, será una tarea difícil, llena de obstáculos, porque el arribismo nada garantiza. No todo es Claudia. Sin legisladores convencidos de la 4T, el camino será difícil.

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